viernes, 9 de mayo de 2014

Mesa redonda en el Pay-Pay con Enrique Montiel

Escenario del Café Teatro Pay-Pay
Una vez más nos damos un paseo por el Pay-Pay, esta vez para asistir a una mesa redonda de "todos a por Enrique Montiel" en la que todos los asistentes resuelven las inquietudes despertadas por los veintidós relatos de los que se compone el libro Bulerías Nazis. Ayer, 7 de mayo, cuando tuvo lugar el acto, me dio por ser aplicada, así que aquí os traigo un resumen de preguntas y respuestas. Evidentemente, teniendo en cuenta que estos son unos charlatanes de campeonato y que la velocidad de mi manuscrito deja mucho que desear, lo que voy a dejar a continuación no es una copia exacta de lo que se dijo allí, pero la idea está. No me pidáis más. Y si os sabe a poco, haber ido. (Pido perdón de antemano por si malinterpreté alguna pregunta/respuesta a lo largo de la noche. Señor Montiel, no me lo tenga usted en cuenta) 
¿Por qué son los veintidós relatos tan distintos entre sí? ¿Por qué esa heterogeneidad?
     Hay relatos para todos los gustos. Cada autor tiene su estilo. En mi caso, tanto el estilo como el orden, siendo distintos en cada uno de los relatos, tiene su porqué. Yo odio lo políticamente correcto y creo que en el libro eso se nota. Es un reflejo del tipo de literatura que a mí me gusta o que me gustaría leer.

¿Qué tienes tú con los gatos? ¿Por qué aparece prácticamente uno en cada relato?
     El gato es un animal esquivo, misterioso, inteligente e independiente. He tenido cuatro gatos y cada uno era de distinta calaña. Siempre ha sido el animal doméstico que más me gusta.

¿Eres tú Juan Gris, que esconde sus relatos en una carpeta vieja?
     No soy Juan Gris, ante todo, porque él era un cobarde. Desde pequeño he escrito poemas, le regalé uno a mi madre a los cinco años, me he presentado a concursos y he ganado, nunca me he escondido. Sí que hay relatos no publicados, pero no por cobardía, sino porque no se ha dado la ocasión.

¿Por qué zombis?
     Uno ha crecido con cómics. Ya leía The Walking Dead antes del boom de la serie y me ha atraído siempre esa temática.

¿Es "El arte del inútil" un artículo de opinión?
     Se puede entender como un artículo de opinión en el sentido de que intenta llamar a la conciencia. A lo mejor me ha podido el subconsciente articulista, aunque no era la intención.

¿Por qué ese ataque a los políticos?
     Los periodistas, además de poner al día de las noticias, también deben poner las pilas. A mí me encanta meterles caña y encontrarme un correo de algún político quejándose y pienso: ¿tanto le importa a este lo que pueda yo opinar?

¿Esperamos una novela sacada de alguno de los relatos? Hay alguno en el que se dejan muchas cosas en el aire, ¿por qué?
     En principio, los relatos, relatos son. Si pudiera sacar de ahí para una novela, entonces es que no es un relato, sino otra cosa. En cuanto a los detalles en el aire, está así a intención. Si hay preguntas sin responder es porque yo he jugado un poco a eso.

¿Por qué una historia que da para tanto, como es la de "Bulerías Nazis", no se había tocado antes en la narrativa?
     Yo creo que es porque realmente no la conoce mucha gente, porque yo lo vi claro.

¿Cuál es tu rutina de trabajo?
     Por mi profesión, abogado, he desarrollado la habilidad de decir "para tal día a tal hora debo tener esto hecho" y cumplirlo. Son muchas horas reflexionadas antes de cada relato, semanas incluso, sin escribir una sola palabra, pero cuando me pongo, te puedo asegurar que en una o dos horas está hecho.

Yo daba por hecha la provocación, lo que no me podía imaginar era la capacidad de mirada que hay en muchos relatos. ¿Es dado por tu profesión?
     Yo de chico lo que quería ser era escritor, no abogado. Por suerte o por desgracia, tengo un gran sentido de la empatía. En el trabajo se ven auténticas barbaridades y uno llega destrozado a casa. Esas sensaciones son las que canalizo en la escritura, igual que cualquier otro las podría canalizar dando un par de gritos o golpes.

¿Cómo llegas a decidir el ritmo y a llevar ese hilo heterogéneo entre todos los relatos?
     El orden de los relatos está totalmente estudiado. El primero tenía que ser "Bulerías Nazis", en eso estábamos de acuerdo Ana Mayi y yo. A partir de ahí, los relatos van intercalando estilos y longitud para resaltar precisamente esa heterogeneidad. Así se evita que el lector se aburre. Todo lo contrario: el lector siente despierta esa curiosidad de "con qué me va a sorprender este ahora".

¿Cuáles son tus influencias en el mundo del relato?
     García Márquez, por supuesto. Y Borges (he intentado en algunos algo similar).

¿A qué quieres llegar con esos veintidós relatos?
     Algún periodista me ha dicho que yo busco mover las almas. Jesús Maeso me dijo que al terminar el libro descubres ese hilo entre cada relato y todo cobra sentido. Quizás esa era mi intención. Yo he escrito lo que a mí me gustaría leer. No es 50 sombras de Grey, que es un libro plano y ni se me pasa por la cabeza leer.

Si dices que vas a matar a Christian Grey, sé valiente y hazlo. Y, sobre todo, antes de hablar de él, léetelo.
     Yo he leído "50 Sombras" por bluetooth. Me explico: si dos duermen en el mismo colchón, los dos comparten la misma condición. Yo me erijo vengador de todos los esposos. Por no buscarme problemas con los copyrights y porque no me lo he leído y cualquier friki de Grey se me puede echar al cuello, preferí engañar a lectores que, como tú, esperaban que matara realmente a Christian Grey, y crear así una pequeña broma privada.

¿Qué nos puedes decir de los personajes?
     No son autobiográficos, y solo en algunos casos tengo algún referente, pero más en lo físico que en lo psíquico. Lo que sí he intentado es que sean personajes profundos, muy humanos.

En tu libro, como hizo Borges, encuentras la forma de crear un libro de relatos que tenga coherencia.
     Borges te encandila durante varias páginas y al final te da magia. Yo he intentado hacer eso, y algo habré conseguido.

Ahora te presentamos como un abogado que escribe, ¿crees que algún día serás conocido como un escritor que ejerce la abogacía?
     ¡Dios te oiga! Eso, sé bien, sería muy complicado, aunque ojalá. Pero seguro que, si se diera el caso, pensaría "joder, la toga ahí, cogiendo polvo..." Uno nunca está contento con lo que hace.

*     *     *     *     *

A partir de aquí se dio por concluida la mesa redonda y fuimos a lo importante: a las copas de después. 

Seguro que aún estáis a tiempo de dar con Enrique Montiel, porque tiene pinta de que este hombre va a dar mucha guerra. Si no fuera posible, aún podéis disfrutar cada miércoles con su artículo en La Voz Digital, además de, por supuesto, la lectura de esos veintidós relatos que conforman Bulerías Nazis.

De izquierda a derecha: Daniel Heredia, Pilar Vera, Enrique Montiel, Benito Olmo y Javier Fornell

1 comentario:

  1. Rosa, antes que nada, enhorabuena por el blog; se nota que es algo que realmente te gusta y eso lo transmites cuando escribes, me han parecido interesantísimas todas las entradas. Dicho esto, me gustó en particular esta entrada, ya que gracias a ella he conocido a un autor que no tenía la suerte de conocer y que, viendo las respuestas que da, no me cabe la menor duda de que merece ser leído. Un saludo, Odalis.

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